La provincia contará con cinco farmacias nuevas pese al conflicto de los impagos
Sólo dos convocatorias han quedado desiertas y desde el sector se apunta a que se trata de municipios pequeños sin apenas rentabilidad
La provincia de Castellón tendrá en pocas semanas cinco farmacias más tras la última adjudicación hecha por el Consell hace apenas dos semanas, pese a la situación de impagos que vive el sector por parte de la Conselleria de Hacienda. De esta manera, l’Alcora, Vila-real, Vallat, Villores y Xodos dispondrán de nuevas boticas una vez se cumplan con los requisitos administrativos.
Una realidad que contrasta con la situación que atraviesan las farmacias que han decretado una huelga indefinida hasta que la Generalitat liquide la deuda acumulada desde el mes de abril. Pero, entonces, ¿es rentable abrir una farmacia hoy en día?
El secretario del Colegio de Farmacéuticos de Castellón, Sergio Marco, explicaba que «en todos los concursos se siguen presentando compañeros» pero se debe, sobre todo, «a la inercia de los buenos tiempos». Sin embargo, aseguran que visto desde dentro, el sector ha dejado de ser una buena forma de ganarse la vida.
«En diez años el precio de los medicamentos ha caído de forma estrepitosa» y en el caso de los boticarios «vamos a comisión» por lo que, aunque el Consell pagara a tiempo, «no es una forma de ganar dinero fácil» a diferencia de lo que ocurría hace una década. Los farmacéuticos ponían como ejemplo un médicamente de sobra conocido: el Omeprazol costaba en cajas de 14 comprimidos 28 euros hace una década. Hoy en día el precio estipulado es de 2,50 euros en dosis de 28 comprimidos.
El aumento de los medicamentos genéricos -los más recetados- y la crisis han provocado a su vez la caída en las ventas de productos vinculados con el bienestar.
A juicio del Colegio de Farmacéuticos de Castellón, una de las claves que explican que aún haya personas que optan a abrir este tipo de negocio es «la propia crisis económica». Es decir, se trata de parados que tienen la licenciatura en Farmacia que, ante la falta de alternativas para encontrar un trabajo, optan por concursar.
De ahí que en los concursos públicos siempre haya personas dispuestas a arriesgar. No obstante, tal y como explicaba Marco, «no es fácil empezar de cero», ya que hace falta tener un gran stock de medicamentos y estudios de la zona que garanticen la viabilidad. No obstante, «es comprensible» que muchos sigan hacia adelante pese a la crisis del sector, que les ha obligado a cerrar las puertas de manera indefinida. «Hacen falta muchos miles de euros para poner el negocio en marcha y, antes, en cuestión de ocho o nueve años la inversión se recuperaba, pero ahora todo ha cambiado», manifiesta.
De hecho, uno de los grandes problemas a los que se enfrentan los farmacéuticos es que las empresas distribuidoras han dejado de suministrar tratamientos por la elevada morosidad en la Comunitat Valenciana.
Un hecho que ha generado ya muchos problemas entre la ciudadanía al desabastecerse algunas farmacias y generar dificultades para encontrar algunos tratamientos. No obstante, en las últimas adjudicaciones hechas públicas el 2 de noviembre sólo han quedado desiertas dos boticas: la de Castell de Cabres y Herbés, donde hay muy pocos ciudadanos, lo que hace que «no sea rentable mantener abierta una farmacia», al ser todo gente mayor en estos municipios.