Preparando la transmisión de mi farmacia. Posesión y titularidad registral, ¿seguro que soy el propietario?

Posesión y titularidad registral de los bienes en transmisión

A lo largo de la serie «preparando la transmisión de mi farmacia» hablamos sobre la importancia de anticiparnos a numerosas situaciones relativas a diferentes variables de gestión para evitar posibles conflictos, durante o con posterioridad a la venta de la farmacia. En esta ocasión queremos llamar la atención sobre la relevancia que tiene que la propiedad de los bienes que se transmiten esté debidamente acreditada no sólo su posesión sino también por su titularidad registral.

La propiedad, en términos coloquiales, se suele identificar con la posición decisora sobre el destino o disposición de determinados bienes, de tal modo que quien dice “soy el propietario”, “me pertenece”, o “esto es mío”, puede estar en lo cierto desde un punto de vista finalista, pero no quizá desde un punto de vista formal, importantísimo a la hora de disponer de un bien, y no digamos, cuando se pretende transmitir en escritura pública.

Los inmuebles

Pueden ser una de las fuentes de problemas. Es fácil que, aunque la propiedad corresponda, efectivamente, a una persona, por ejemplo, porque es el único heredero de su anterior propietario, formalmente en el Registro de la propiedad el inmueble siga estando a nombre del anterior dueño.

Evita descubrir este tipo de situaciones a pocos días de la formalización de la escritura de venta de la oficina de farmacia y local. Reflexiona con antelación sobre estos asuntos, y en caso de que no seas aún el titular registral, ponte manos a la obra ahora, puesto que pueden ser necesarios trámites tales como el reparto y la aceptación de herencia, segregaciones de otros locales o la inscripción definitiva de la nueva titularidad.

Adelanta los trámites necesarios y evita retrasos e incluso el incumplimiento de plazos

Generalmente, no son trámites complejos, pero llevan su tiempo, y podría suponer un serio inconveniente, sobre todo teniendo en cuenta que los posibles retrasos implicarán al comprador, a su banco, o incluso a plazos administrativos ante sanidad, pudiendo llevarte a incumplir tus compromisos, con imprevisibles consecuencias, especialmente lamentables si tenemos en cuenta que, atendiendo con suficiente antelación a estos asuntos, la solución tiene que ser muy sencilla.

Fuente: Farmaconsulting

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