Transmisión de farmacia: Las cosas no son lo que eran.

Transmisión de oficina de farmacia, antes y después. 30 años no son nada…

A lo largo de esos treinta años transcurridos, han ido apareciendo nuevos protagonistas y herramientas en la negociación y en la gestión de las transmisiones de farmacia que, si bien han aportado opciones, y facilidades con las que no se contaba inicialmente, lo cierto es que las operaciones exigen, cada día con más rotundidad, la compañía de especialistas que atiendan a los innumerables “flecos” que se deben tener previstos, y han de ser correctamente atendidos

Y no es que la situación fuera cómoda hace esos treinta años transcurridos, pero sí han aparecido nuevos protagonistas y herramientas en la negociación y gestión de las transmisiones de farmacia que, si bien han aportado opciones, y facilidades con las que no se contaba inicialmente, lo cierto es que las operaciones exigen cada día con más rotundidad, la atención de especialistas que atiendan a los innumerables “flecos” que se deben tener previstos, y han de ser correctamente atendidos.

Así, podemos afirmar que la financiación de la compra de una oficina de farmacia era más simple, aunque no necesariamente más fácil. Casi exclusivamente dependíamos, además de la aportación personal, de los préstamos garantizados con hipotecas inmobiliarias, puesto que la hipoteca mobiliaria, la que tiene por objeto la propia oficina de farmacia, era una auténtica desconocida y, en los pocos casos en que se empezaba a utilizar, respaldaba una mínima financiación bancaria.

La llegada de las normas de ordenación farmacéutica, a la vez que ha aportado nuevas garantías y orden en los procesos de transmisión y cambio de titularidad, ha abierto nuevos frentes de preocupación y complejidad, sobre todo en los casos en que se combinan varias operaciones, con compradores que, a su vez, adquieren otra oficina de farmacia, y teniendo en cuenta que en torno al 60 por ciento de las oficinas de farmacia se transmiten a adquirentes procedentes de otra comunidad, lo que hace muy compleja la coordinación de plazos, trámites y exigencias, que varían muchísimo entre una y otras zonas.

La regulación contractual, una vez superada la tendencia al “apretón de manos entre compañeros”, y vista la complejidad en las variables que definen la gestión y características de cada oficina de farmacia, cada día más, se exige que sean especificadas clarísimamente las condiciones, circunstancias, consecuencias, y demás contenido de los acuerdos, sin dar opción a sobreentendidos.

El panorama fiscal, con la consolidación de instrumentos como la amortización del fondo de comercio, la división de bases imponibles en el IRPF, o los cambios resultantes de las nuevas interpretaciones por parte de los tribunales, también ha cambiado, cómo no, el escenario en que se desarrollan nuestras operaciones, exigiendo a los farmacéuticos el estudio de la previsible evolución de la tributación en cada ejercicio.

En definitiva, se ha visto de modo inapelable, que la transmisión de una oficina de farmacia es un asunto lo suficientemente complejo e importante desde el punto de vista patrimonial, personal y familiar, y el entorno tan surtido de variables y cambios constantes, que la compañía en este camino por profesionales especializados, se hace imprescindible.

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