¿Es rentable comprar una farmacia?
Existen muchas variables que hay que tener en cuenta para saber si la compra de una farmacia es un buen negocio. En este artículo expondremos algunos de los parámetros que hay que analizar a la hora de saber si es rentable invertir en farmacia.
La rentabilidad de una farmacia
No podemos olvidar que son establecimientos sanitarios de titularidad privada, y que sean rentables es fundamental para que sigan prestando la atención de calidad que actualmente nos brindan, y que además se ha visto reforzada con la respuesta que han ofrecido durante el último año, siendo en muchas ocasiones el primer punto de atención sanitaria para gran parte de la población.
Invertir en la compra de una farmacia es invertir en salud. Hoy más que nunca, la salud se encuentra en la primera posición entre las prioridades y preocupaciones de los ciudadanos, y eso hace de la farmacia un establecimiento de referencia para toda la población, algo que resulta fundamental a la hora de determinar en buena medida su rentabilidad.
¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de valorar la rentabilidad de la inversión en farmacia?
Una variable fundamental será la capacidad para generar ingresos futuros. En este sentido, la farmacia aporta un grado de estabilidad difícilmente igualable por otras actividades profesionales. Si vemos la evolución de la facturación de receta médica, según datos publicados por el Ministerio de Sanidad, observamos crecimientos comprendidos entre el 2,6% y el 3% de forma ininterrumpida durante los últimos cuatro años.
Otro aspecto fundamental será el margen obtenido. En lo que corresponde a la facturación de medicamento sujeto a prescripción, será una variable muy estable dado que su margen está regulado, y su posible variación tendrá que ver con aspectos tales como el porcentaje que supongan los genéricos del total. Cuestión aparte será el margen obtenido sobre medicamentos no sujetos a prescripción y otros productos (parafarmacia, óptica, ortopedia, …), que dependerá de la política y capacidad de gestión en cuanto a compras y acción comercial en el punto de venta.
La estructura de gastos y los impactos fiscales, serán también determinantes en la rentabilidad final de nuestra inversión en farmacia. En cuanto a gastos, debemos contemplar dos tipos: los inherentes a la explotación de la farmacia y los financieros si nos endeudamos para hacer frente a la inversión. Respecto a los primeros, los más elevados serán los gastos de personal, por lo que será clave analizar la estructura óptima en función de las necesidades de la farmacia (horarios, población atendida, secciones, etc). Sobre los gastos financieros, la actual situación de los tipos de interés coloca la inversión en farmacia en una posición muy favorable, con bajo coste financiero y buenas opciones por parte de las entidades financieras para obtener condiciones que acoten posibles variaciones en el medio o largo plazo.
Mención aparte merece el régimen en que tengamos el local donde se ubica la farmacia. Si es en régimen de alquiler habrá que prever su impacto en los gastos de explotación. Mientras que, si se adquiere, su impacto vendrá por la parte de los gastos financieros por los intereses del mayor endeudamiento necesario para hacer frente a la adquisición del local.
Sobre impactos fiscales, el principal atractivo de la inversión en farmacia está en la posibilidad de la deducción por amortización del fondo de comercio, que puede llegar hasta un 7,5% anual, incluso mayor en algunos territorios forales, del importe invertido, y que alivia la carga fiscal especialmente en los primeros años.
Podemos concluir que la inversión en farmacia presenta grandes atractivos desde el punto de vista de la rentabilidad. No obstante, cada farmacia tiene sus peculiaridades, y cada inversor sus objetivos y circunstancias particulares, por lo que cada proyecto ha de ser analizado de forma profesional y pormenorizada, siempre de la mano de especialistas en procesos de compraventa de oficinas de farmacia.