Entre escombros de botámenes y albarelos

Las oficinas de farmacia han sido, junto a otros bajos de los inmuebles lorquinos, los locales más castigados por el terremoto de Lorca. La mayoría (un 70 por ciento, según los datos facilitados por el COF de Murcia) tuvo que cerrar inmediatamente después del temblor más devastador registrado en la tarde del pasado miércoles (de 5,1 en la escala Richter) por los graves daños estructurales detectados en los establecimientos y edificios.

Sólo seis de las 30 farmacias pudieron abrir sus puertas. Según fuentes del COF, estos establecimientos estuvieron distribuyendo medicamentos para los centros de salud y hospitales de campaña, mientras sus compañeros se afanaban en analizar los daños. Una de las más castigadas por el seísmo en el centro de la ciudad, y que permanecía cerrada «a la fuerza´´, es la de Antonio Abril, presidente de Hefame, quien se encontró con un panorama desolador: suelo levantado, tabiques caídos, botamen quebrado, baño en ruinas… Los desperfectos todavía estaban siendo evaluados por técnicos de urbanismo a la hora de elaborar este reportaje.

A Victoria Castiñeira no le permitían el acceso a su oficina hasta que se inspeccionara el centro comercial San Diego. El gran terremoto le pilló saliendo de la botica vacía de clientes y con una empleada tomando una tila por el susto anterior. «Desde el coche escuché un estruendo impresionante y pensé que se debía a una explosión porque los bajos iban reventando a mi paso´´, relata. Al volver vio aliviada que el mobiliario estaba bien, a pesar de los destrozos. Menos suerte la del farmacéutico Manuel Abad, que encontró sólo añicos de sus albarelos.

«La noche del terremoto cerré por primera vez en los diez años que tenemos servicio de 24 horas´´, explica Cristóbal Ortega, que pudo abrir a la mañana siguiente. Y no fue porque el local saliera indemne, ni mucho menos. Una de sus empleadas resultó herida por un cascote, hay alguna grieta en el muro y las estanterías de cristal están destrozadas. «En pocos segundos tuve que esquivar una pantalla de televisión que se me venía encima y correr hacia la calle saltando por encima de montones de productos que rodaban por el suelo. El ruido del temblor y de las roturas se mezclaba con los gritos y llantos de la gente´´, recuerda. Ahora se pregunta si «valdrá la pena´´ abrir por las noches con una ciudad desierta.

ABASTECIMIENTO GARANTIZADO
A pesar del gran número de farmacias cerradas, desde Hefame, distribuidora farmacéutica con mayor implantación en la autonomía, aseguran que no hay desabastecimiento de medicinas. La misma noche del seísmo la cooperativa reorganizó los pedidos y rutas adaptándose al movimiento de la población, que huía para pernoctar en la playa o en el campo, lejos de una posible réplica sísmica. Por tanto los pedidos que no se entregan en la ciudad de Lorca quedan compensados con los de las pedanías aledañas.

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