El ahorro en farmacia podría quedarse en la mitad de lo que Sanidad calculó
Un análisis realizado por CF con expertos del mundo del medicamento revela que los datos de estimación del impacto de la reforma sanitaria en marcha dependen de factores no fáciles de medir económicamente.
Las cifras de ahorro que calcula Sanidad como consecuencia de las medidas aprobadas en el RDL 16/2012 podrían quedarse en poco más de la mitad, según el análisis que ha hecho CF y la opinión de los expertos consultados. El Ministerio ha hablado de 3.550 millones en las medidas de Farmacia, que en realidad eleva a 3.847 sumando el desglose de las mismas que ofrece el departamento. Pero en capítulos como la repercusión de los precios menores o de la desfinaniación de fármacos, los expertos discrepan de las previsiones de Sanidad.
Respecto al impacto de la nueva política de precios menores e incorporación de genéricos, que Sanidad sostiene que producirá un ahorro de 1.189 millones en los próximos doce meses, hay escepticismo. Concha Almarza, directora de Operaciones de IMS, explica que "con los datos de los precios y su tendencia, los conjuntos homogéneos actuales y los medicamentos que tienen genérico o están a punto de tenerlo no se llega a esa cantidad ni de lejos; tal vez a algo más de la mitad, pero habría que saber cómo han hecho los cálculos". Y Rafael Borrás, director del Área de Bioindustrias y Farmacia en Antares Consulting, señala que en este capítulo el ahorro "estará en torno a los 450 millones, más o menos, pero no tanto como pronostica Sanidad".
Precisamente son pronósticos lo que hace Sanidad, sostienen los expertos, porque, dicen, hay elementos aleatorios que repercuten en las cifras. Ponen como ejemplo el ahorro previsto en tres capítulos: el copago, la central de compras y la ordenación de la cartera de servicios. En el primer apartado, el copago, expertos como Jaume Puig Junoy, profesor de Economía de la Salud de la Universidad Ponpeu Fabra, de Barcelona, estiman que dependerá del efecto disuasorio que la nueva aportación tenga sobre los pacientes (ver información inferior) y la central de compras, de las condiciones, las presiones del mercado y la situación en cada negociación. Sobre la ordenación de la cartera de servicios califican de "aventurado" el cálculo de 700 millones (ver cuadro), porque los detalles de esta reordenación aún no ha sido acordados con los servicios sanitarios autonómicos.
LA DESFINANCIACIÓN
Uno de los puntos en los que el Ministerio ha puesto el énfasis desde que se constituyó el nuevo Gobierno es la salida de la financiación pública de una serie de fármacos. De los 426 medicamentos a desfinanciar que ha fijado Sanidad (ver página 10) en los últimos 2 años estaban "vivos" y activos 373 y en los últimos 12 meses 343. Las ventas, en valores, que supusieron esos medicamentos en el último año fueron de 458.710.081 euros, según datos de IMS, que es la cifra que da Sanidad como ahorro consecuencia de la desfinaniación. Pero no toda esa cantidad puede cintarse como ahorro, recuerda Almarza. En algunos casos Sanidad habrá financiado el cien por cien, si eran para pensionistas, o el 60 si eran para activos, o el 70 si era para pacientes de mutualidades, y ese impacto, desglosado, no se conoce, afirma.
Y Jaume Puig-Junoy matiza: "La desfinanciación se asocia a una reducción del gasto para el sistema sanitario público gracias al descenso en el consumo de medicamentos cubiertos y a un menor número de visitas médicas, aunque también puede suponer riesgos potenciales. Pero muchos pacientes siguen acudiendo a la consulta del médico en busca de tratamiento y esperan que les prescriba algo que esté cubierto y que no sea tan caro como el precio completo de los medicamentos que tomaba antes".
Los beneficios de este tipo de medidas no pueden darse por descontados, subraya Puig-Junoy. "Conviene evaluar con rigor y transparencia, y rendir cuentas no sólo del impacto directo como ahorro sino también del impacto conjunto teniendo presente la posible sustitución, el efecto sobre los precios y el gasto para el paciente, así como los riesgos sanitarios de síntomas no tratados".
