Francia no pone en duda su modelo y no liberalizará
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El decreto 466/2013 mantiene la reserva para los boticarios y prohibe las cadenas
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Da marcha atrás a la ley de 1991 y deja las sociedades solo en manos de boticarios
El temor dio paso a la confusión, la confusión a la calma y la calma a la esperanza. Así se puede resumir los efectos provocados en el colectivo farmacéutico español por la aprobación en Francia del decreto 466/2013 que modifica la ordenación farmacéutica del país galo. Y es que, el sector farmacéutico español estaba pendiente del cambio legislativo que durante trece años se ha gestado en el país vecino, más si cabe cuando en España sobrevuela un borrador de anteproyecto de Ley de Servicios Profesionales que, en principio, podría romper la actual ordenación farmacéutica.
¿Por qué es tan importante para la farmacia española el nuevo marco legal puesto en marcha por la ministra de Sanidad francesa, Marisol Touranie? Porque se trata de un decreto que descarta la liberalización del sector, ya que deja en manos de los farmacéuticos la propiedad de las oficinas de farmacia, mantiene las restricciones a la libre apertura, así como los criterios de planificación geográficos y poblacionales, y prohíbe la entrada de las grandes cadenas.
Es este aspecto, el cierre de las puertas del sector farmacéutico francés a las grandes cadenas, un punto fundamental, ya que, a diferencia del borrador de anteproyecto de Ley de Servicios Profesionales que en España ha elaborado el Ministerio de Economía, garantiza un modelo de farmacia independiente y de carácter familiar, con una aportación capitalista limitada por parte de otros farmacéuticos. Es decir, el decreto impide el establecimiento de grandes cadenas farmacéuticas en el país al prohibir la integración vertical.
Máximo: cuatro boticas más
Eso sí, una de las novedades que establece este decreto es que el farmacéutico, además de ser titular de su botica, pueda tener participaciones no superiores al 49 por ciento en otras farmacias, independientemente de dónde se encuentren estas ubicadas. Esto limita el que, como ocurría antes de aprobarse el decreto, un farmacéutico pueda tener participación en un número ilimitado de farmacias, en proporciones que alcanzaban en casos hasta el 95 por ciento.
Al mismo tiempo, una de las grandes novedades que recoge este decreto es que se permite el establecimiento de sociedades (SEL) y holdings (SPFPL) para poder llevar a cabo una mejor gestión de las oficinas de farmacia siempre que estas estén formadas por farmacéuticos. ¿Qué beneficios puede tener la entrada de estas figuras jurídicas? Sobre todo permite a los boticarios no tener que responder con su patrimonio personal, además de otra serie de ventajas fiscales o de compra.
Sobre este particular, cabe destacar que con la aprobación de este decreto se da marcha atrás a una situación que, en base a la legislación aprobada sobre este asunto en 1991, "se había ido de las manos" y había derivado en que, si bien los farmacéuticos eran los titulares de la autorización de las farmacias, la parte económica del negocio se encontraba en manos no farmacéuticas. "La parte económica se había comido en algunos casos la parte sanitaria", precisan fuentes farmacéuticas consultadas por EG.
Así, esta marcha atrás para reconducir la situación y colocar esas sociedades exclusivamente en manos farmacéuticas supone una victoria para la Orden de Farmacéuticos Francesa (similar al Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos español) que preside Isabelle Adenot, que desde hace años ha negociado con el Ejecutivo francés revertir una situación que, si bien en un principio fue bien acogida por los farmacéuticos, en los últimos años había provocado que, en cierto modo, "se perdiese un poco la esencia del modelo".
Repercusiones en España
La aprobación de este decreto francés ha tenido repercusión en España por las similitudes entre ambos modelos. Así, el abogado del Estado Nicolás Valero insistió en que el decreto galo, lejos de poner en cuestión el modelo farmacéutico mediterráneo, abre nuevas oportunidades colaborativas encaminadas a garantizar el futuro del mismo. "Hay que dejar un tiempo para analizar su desarrollo, pero en un primer análisis su contenido no es contradictorio con el modelo mediterráneo, se trataría de una apertura muy limitada", argumentó.
Del mismo modo, insistió en que las modificaciones introducidas a la legislación farmacéutica gala por este decreto "deben interpretarse como un modelo colaborativo financiero entre farmacéuticos en situaciones de adversidades económicas, limitando bien hasta dónde puede llegar esa colaboración, en general bastante reducida".