Mejor calidad en la prestación, menos gasto

Aunque pueda parecer paradójico, mejorar la calidad de la prestación farmacéutica es la piedra angular sobre la que descansa gran parte de la responsabilidad en la contención del crecimiento del gasto farmacéutico en 2005. Las acciones de las autonomías cuyo aumento en la factura se mantuvo por debajo de la media nacional (5,63 por ciento) lo demuestran. Andalucía (2,74 por ciento), Cataluña (4,29), Asturias (4,93), Extremadura (5,17) y Castilla y León (5,49) son las que lo han logrado.
Aunque pueda parecer paradójico, mejorar la calidad de la prestación farmacéutica es la piedra angular sobre la que descansa gran parte de la responsabilidad en la contención del crecimiento del gasto farmacéutico en 2005. Las acciones de las autonomías cuyo aumento en la factura se mantuvo por debajo de la media nacional (5,63 por ciento) lo demuestran. Andalucía (2,74 por ciento), Cataluña (4,29), Asturias (4,93), Extremadura (5,17) y Castilla y León (5,49) son las que lo han logrado.

Y es que las iniciativas autonómicas cada vez tienen más que decir en la contención del gasto y el uso racional de medicamentos.

Un ejemplo es la generalización de estándares de calidad de la prescripción, que se traducen en ahorros para el sistema. En palabras del gerente de Atención Farmacéutica y Prestaciones Complementarias del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), Antoni Gilabert: «Hacerlo bien no es más caro, sino que puede ser gastar menos».

Por supuesto, las condiciones que marca el Ministerio de Sanidad contribuyen. En 2005, el crecimiento general se frenó gracias a los precios de referencia (en vigor aunque no se hayan ampliado a más principios activos) y a la bajada lineal de un 4,2 por ciento de los precios de todos los medicamentos con más de diez años en el mercado y fuera de precios de referencia, efectiva desde el 1 de marzo y que se repetirá este año en un 2 por ciento (ya en vigor para el suministro desde laboratorios).

Sobre esta base, los gobiernos regionales actúan en la demanda: profesionales sanitarios y población. Además de campañas informativas a la población, el mayor esfuerzo de las consejerías y los servicios de salud se vuelca en la calidad de la prestación farmacéutica, que pasa necesariamente por el prescriptor, y se apoya en los farmacéuticos.

Andalucía

La autonomía que más ha frenado el crecimiento de su factura ha sido Andalucía. Según la jefa de Asistencia Farmacéutica del Servicio Andaluz de Salud (SAS), Alicia Aguilar, «ha sido espectacular, menos de la mitad de la media nacional y que el IPC», que se ha situado en el 3,7 por ciento en 2005.

En su opinión, la medida que más ha contribuido a alcanzar este logro ha sido incentivar la prescripción por principio activo.

Andalucía ha cerrado el año con el 63 por ciento del total de sus recetas por DOE, el 65 de las de primaria y el 40 de especializada (hay más volumen de recetas en el primer nivel asistencial, de ahí la cifra global).

Aguilar apunta como valor añadido del porcentaje del segundo nivel el que los médicos no cuenten con sistemas informáticos de ayuda a la prescripción, que sí están implantados en centros de salud.

La prescripción por DOE, que se desarrolla por un acuerdo de precios máximos de financiación (que actualiza la autonomía cada seis meses) con el Consejo Andaluz de COF, ha ahorrado al SAS 41 millones de euros en 2005.

Éste es uno de los indicadores de calidad de la prescripción que se tienen en cuenta en los contratos programa, donde se fijan los objetivos generales de calidad del centro. Estos objetivos, iguales para primaria y especializada para minimizar la prescripción inducida, tienen varios niveles de cumplimiento: el SAS los negocia con los distritos de AP y los hospitales, que se encargan de adaptarlos a sus equipos.

En la parte de farmacia, además de la prescripción por DOE, los porcentajes de antiinflamatorios, antiulcerosos, estatinas, hipolipemiantes, antihipertensivos, antidepresivos y el no recetar novedades sin ventajas sobre fármacos ya existentes son los indicadores, definidos por un grupo de médicos y farmacéuticos expertos en uso racional de medicamentos.

Otro caballo de batalla del SAS es la «formación e información del médico y su implicación». En 2005, 600 prescriptores han pasado por la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), con la que el SAS organiza los cursos de formador de formadores. Luego esos médicos trasladan a sus unidades los conocimientos en uso adecuado de fármacos; concretamente, el año pasado, en diabetes, riesgo vascular, hipertrofia benigna de próstata y enfermedad pulmonar obstrusiva crónica (EPOC). Los imparten clínicos y los coordinan farmacéuticos de primaria y especializada.

Además, en mayo el SAS firmó con el Consejo Andaluz de COF y los suministradores sendos acuerdos sobre tiras reactivas. Estos convenios han supuesto una rebaja del 26 por ciento del precio y un ahorro para el SAS de 6 millones de euros en 2005. Aguilar reconoce a los boticarios su gran esfuerzo.

Por último, otra estrella de la política sanitaria andaluza: Receta XXI. Según los datos actualizados a 16 de febrero, 1.100.746 andaluces ya pueden acceder a la receta electrónica (14 por ciento del total de la población), de los que ya la han usado 76.809.

El sistema implica a 764 médicos de 78 centros de primaria y a 742 oficinas de farmacia (el 21 por ciento del total). Ya se han efectuado 1.854.681 dispensaciones con receta electrónica.

Cataluña

Siguiendo un orden ascendente, Cataluña es la segunda en crecimiento del gasto. Según Gilabert, el secreto de su éxito es el Plan Estratégico de Farmacia, que se fundamenta en cinco líneas: corresponsabilidad, redefinición y mejora de determinados servicios, calidad y eficiencia, impuso a la evaluación y apuesta por los sistemas de información.

En la corresponsabilidad, el estándar de calidad de la prescripción «es una estrategia muy importante». Como Andalucía, Cataluña mide los porcentajes de prescripción de determinados activos o presentaciones de varios grupos terapéuticos prioritarios.

«Es una herramienta de medida justa y compartida», indica Gilabert, que explica que el estándar se construye en dos pasos. Primero el CatSalut acuerda con los gestores el gasto máximo asumible: el pago capitativo según la calidad exigida y las condiciones de la población atendida. «Pero el gestor no habla con los médicos de dinero, porque no son contables», señala, y añade: «Aquí se une con el estándar de calidad».

Es decir, el segundo paso: «Traducir lo pactado a indicadores de calidad, que no tienen que ver con el gasto, pero que repercuten, el médico los entiende y cumple el objetivo de la empresa. Quien cumple el objetivo, ahorra». Los responsables del estándar de calidad son los farmacéuticos de primaria.

En la segunda línea de actuación, Cataluña está redefiniendo servicios como la prestación farmacéutica a residencias de mayores. Lleva seis meses pilotando la prestación desde farmacias con varios requisitos como el seguimiento farmacoterapéutico.

Ahora se está evaluando económicamente el modelo.

También se incentiva, con el pago capitativo, la coordinación entre primaria, especializada, salud mental, urgencias y servicios sociosanitarios: «Se ponen de acuerdo para intervenir allí donde es más eficiente». Esto disminuye la prescripción inducida.

En el capítulo de calidad y eficiencia, trabaja la Comisión de Evaluación de Nuevos Medicamentos y hay una «buena gestión del sistema de precios de referencia, para evitar el efecto desplazamiento, y de EFG». En 2005, Cataluña ha llegado al 10 por ciento de prescripción en valores y al 19 en unidades. Además, el 41 por ciento de las plazas residenciales está en el Programa de adecuación de la prestación farmacéutica.

Sobre evaluación y control, los catalanes están mejorando los programas de prescripción a enfermos crónicos, gestionados por los farmacéuticos de AP.

En cuanto a información, destaca que «conocer los consumos de fármacos individuales permite estandarizar, gestionar mejor los recursos, comparar y mejorar [benchmarking], y la receta electrónica».

Asturias

Asturias coincide con las autonomías ya mencionadas en apostar por la información entre las medidas adoptadas para racionalizar su factura. Según los datos facilitados por la Dirección General de Organización de las Prestaciones Sanitarias, todos los centros de AP y AE tienen un sistema de información «con indicadores de calidad y monitorización central desde la Consejería».

«Esta medida ha permitido uniformar la elaboración de información por parte de los centros y comparar la evolución de los mismos indicadores en las diferentes áreas sanitarias».

En la misma línea que Andalucía y Cataluña, el Área de Evaluación de Medicamentos ha promovido «la evaluación de nuevos fármacos y de los grupos terapéuticos de mayor impacto en el consumo».

Los informes se envían a los interesados y se publican en la web Salud Próxima.

Asturias también ha dado un empujón a su prescripción de EFG.

Actualmente las recetas de genéricos en la autonomía son el 21,4 por ciento del total.

Por último, la Consejería ha dado un paso más en el control al médico con entrevistas personales con los prescriptores que registran más gasto. Además, ha fomentado el debate sobre el perfil de la prescripción, ha hecho comparativas entre grupos y equipos y realizado recomendaciones para mejorar la prescripción.

Extremadura

Nuevamente información e incentivos se han unido en Extremadura para registra un gasto menor que la media nacional. Según su director general de Asistencia Sanitaria, Dámaso Villa, «todos los médicos del Servicio Extremeño de Salud [SES] reciben información de fácil lectura sobre su gasto y en qué parámetros se mueven», según los cinco indicadores de prescripción que miden los extremeños.

Correo Farmacéutico

Maite Perea

20-02-2006

Temas > Actualidad, Sector farmacéutico


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