Trinidad Jiménez se marcha de Sanidad tras 19 meses y la consecución de importantes reformas
Su nuevo desafío es dirigir el Ministerio de Asuntos Exteriores.
La ministra de Sanidad y Política Social saliente, Trinidad Jiménez, abandona el ministerio, en el que entró el 7 de abril de 2009, desde el que tuvo que hacer frente, a los pocos días, a la crisis sanitaria mundial de la gripe A y donde ha conseguido instaurar el consenso entre los consejeros autonómicos de distinto signo político.
Aunque no ha llegado a completar dos años en el cargo y pese a la escasez de competencias de una Sanidad transferida a las comunidades autónomas, en estos 19 meses ha tenido tiempo para aprobar y llevar a cabo diferentes reformas de gran calado nacional con el objetivo de proteger la salud de la población.
Entre los asuntos polémicos, desarrolló junto a la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, la nueva ley del aborto, en vigor desde el pasado 5 de julio, y la venta sin receta de la píldora del día después en las farmacias. Esta última decisión le valió el rechazo de los grupos más conservadores y asociaciones antiabortistas.
Ha liderado la lucha por eliminar las máquinas expendedoras de bollería en los colegios dentro de la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición, iniciativa en la que ha encontrado el apoyo del Ministerio de Educación, las comunidades autónomas y expertos, preocupados por el aumento de la población obesa infantil.
Y se marcha de Sanidad tras conseguir endurecer la Ley Antitabaco, que puso en marcha Elena Salgado. Pajín será la encargada de poner en marcha esta una nueva norma -que está previsto entre en vigor el 2 de enero de 2011-, que prohibirá fumar en todo tipo de establecimientos de ocio, el recinto de los hospitales y parques infantiles, pero lo permitirá en campus universitarios.
En el ámbito europeo, durante la presidencia española sacó adelante la directiva europea de trasplantes, que copia el exitoso modelo español, y con la que se espera salvar la vida de unas 20.000 vidas al año, ya que ayudará a reducir el turismo de trasplantes y tráfico de órganos.
Por otra parte, ha apoyado las duras medidas de recorte al gasto farmacéutico impuestas por el Gobierno -para ahorrar más de 2.000 millones de euros-, que ha bloqueado durante meses su relación con la patronal farmacéutica española Farmaindustria, quien advirtió de su repercusión en el sector con pérdidas de empleo, cierre de centros de investigación y de plantas productivas y deslocalización de compañías.
No obstante, como «la ministra del consenso´´ ha conseguido prácticamente todos los acuerdos que se ha propuesto en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Quedarán en el recuerdo la unión de todas las comunidades autónomas frente a la gripe A, y las «fotos de familia´´ tras los consejos en los que «consenso´´ ha sido la palabra más utilizada.
Entre los asuntos pendientes deja a su sucesora en el cargo la puesta en marcha del Pacto por la Sanidad, una estrategia negociada durante años y que será imprescindible para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud (SNS).
Jiménez tampoco ha logrado avances en la búsqueda de soluciones para paliar la escasez de médicos en España, un problema de primera magnitud que ahora deberá ser afrontado buscando el consenso de todos los sectores involucrados.